Tras muchos años y de la mano de Julián Álvarez, River volvió a exportar a un club top.
En junio de 2014, cuando Marcelo Gallardo daba su primera conferencia de prensa como nuevo entrenador de River Plate, Julián Álvarez tenía apenas 14 años. Un joven cordobés que se encontraba dando sus primeros pasos en el colegio secundario, hoy se transformó en la venta más importante del fútbol argentino desde las salidas de Gonzalo Higuain y Fernando Gago al Real Madrid.
Claro está que esto no es casualidad, ya que sus últimos pasos en las divisiones inferiores fueron parte de esta transformación que empezó de la mano de Marcelo Gallardo. En propias palabras de él, en el libro de Diego Borinsky, el daño causado en las categorías formativas del club era muy grandes, tal es así que el trabajo que tuvo que hacer fue trascendental y profundo.
A pesar de esto, es cierto que grandes figuras emergieron, como Erik Lamela, los Funes Mori, Manuel Lanzini y Roberto Pereyra, pero hubo otros que prometieron mucho, pero por algún u otro motivo no pudieron mostrar su mejor versión con la camiseta de River. No solo el contexto de la primera división era el problema, si no que también la precariedad con la que trabajan.

Porque si, absolutamente todos los detalles cuentan, ya sea tener todos los recursos a disposición como seguir una línea de juego. Por eso se explica como la última camada, que fue fundamental para obtener el ansiado campeonato local, se adaptó tan rápido al equipo. Santiago Simón, Enzo Fernández, David Martínez, Felipe Peña Biafore, entre otros, mostraron un nivel sobresaliente y con la sensación de que jugaban hace décadas allí.
Julián Álvarez es una muestra de ello, además de ser la más importante. Esto no lo exceptuó de pasar por el proceso que sufren todos los juveniles, teniendo momentos de irregularidad, muy buenos y malos. Pero la personalidad que mostró para que con menos de cinco encuentros en primera jugar la final más importante de la historia de la Copa Libertadores, ya daba la tranquilidad de que iba a sobreponerse a esto para ser figura del “Millonario”.
Lo más importante es que con el trabajo que se está realizando en inferiores, el joven delantero oriundo de Calchín no será la excepción. En su momento, en alrededor de seis años salieron de nuestro semillero nombres como Pablo Aimar, Javier Saviola, Radamel Falcao y Gonzalo Higuaín, nombres que terminaron dejando una huella en el viejo continente.
Ahora, solo nos queda disfrutar de los últimos meses de Julián Álvarez en River, pero con la certeza de que después de muchos años, volvimos a exportar a uno de los clubes con mejor actualidad en todo el mundo. Sumado a esto, tenemos la esperanza y seguridad de que las cosas se están haciendo muy bien y que con el correr de los años, habrá más de este tipo de futbolistas formados en nuestro semillero.
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